El otro día, por la mañana, antes de salir de casa.
Mi mujer a mi hija: Ven, bichín, que te pongo el abrigo.
Mi hija: No, mami. No quiero el abrigo.
Yo: Pues da igual, ponle la chaqueta. Además, después al mediodía ¡hace un calor!
MH: ¡Hace un calor! [se gira hacia mí] Y ahora, mama, ¿hace un calor?
¡Ah, cuánta ingenuidad lingüística!
ResponderEliminarSe pierden tantos matices y posibilidades léxicos al ir haciendo on-off en los interruptores!!!!
Bendita inocencia, lingüística y vital.
Cómo envidio los ojos limpios y la mente abierta!
Mum