viernes, 23 de noviembre de 2012

DIVERSIDAD FAMILIAR


El otro día, mientras me acostaba un ratito con mi hija, para relajarla antes de
dormir, se produjo esta conversación:

Mi hija: Mi amiga María tiene un colchón hinchable en su casa para jugar. Yo le dije
que la tita también tiene uno y que yo un día dormí ahí.
Yo: Bueno, pero al final te fuiste a dormir a la cama grande con Raúl (su primo) y la
tita y el tiet tuvieron que dormir en el colchón hinchable. ¡Vaya morro!
MH: Je, je, je. Sí. Éramos una familia como la de las cartas: un papá, una mamá, un
hijo y una hija.
Yo: Es verdad. En esas cartas las familias siempre son de un papá, una mamá, un
hijo y una hija. No está nuestra familia: mama, mami e hija.
MH: No.
Yo: Bueno, tampoco está la de Marina: un papá, una mamá, un hijo, una hija y otra
hija.
MH: No, ni la de la tita: un papá, una mamá y un hijo. Ni la de Carol: una mamá, una
hija y un hijo. Ni la de la vecina Judith: ella sola.
Yo: Ah, pero sí conocemos a una familia como la de las cartas, la de Ana.
MH: Sí, esa sí.
Yo: Oye, ¿no crees que tendríamos que hacer un juego de cartas donde salgan más
familias?
MH: Pues sí, porque de esa familia hay muy pocas.

¡Qué bien que nuestra hija tenga una visión tan amplia de la familia!