Desde hace unas semanas mi hija está mostrando unos cambios en sus actitudes y en sus comportamientos que la alejan a pasos agigantados de cualquier rastro que pudiera quedar del bebé que fue. Así que, además de pasarse el día llamando mi atención con el "Mira, mama; ¡¡Mira, mama!! ¡Mira qué hago!" con el que siempre me enseña la nueva habilidad en bruto que acaba de descubrir (mantenerse en equilibrio sobre un solo pie, colgarse de los manubrios y balancearse, dar la vuelta "sin manos" sobre un taburete...), pues además de todo eso, últimamente también está tomando decisiones que, poco a poco, la van acercando más a "ser grande", que parece ser que es lo que más anhela en este mundo (eso y que de vez en cuando le caiga una natilla de chocolate de postre). Pues bien, ayer tuvo el honor de declarar el primer día de su vida en el que quedaron desterrados para siempre jamás los baberos, y lo hizo tan solemne, que me la imaginé de espaldas, a contraluz, gritándole al amanecer, osito en mano, que nunca volvería a llevar pitet.
Así pues, queda declarado oficialmente el 29 de junio el día Sin Baberos.
(Creo que para que se declare el día Sin Chupetes tendremos que esperar todavía un poco más.)
miércoles, 30 de junio de 2010
martes, 29 de junio de 2010
La secadora
Ayer al mediodía estaba yo sacando la ropa de la secadora mientras mi hija jugueteaba por el comedor. De pronto la oigo que viene corriendo, se abalanza hacia mí, se abraza a mi pierna y me dice:
E: Mama, ¡mi amor!
Solté lo que tenía en las manos y le di un abrazo fuerte ya con la lagrimilla asomando. Supongo que ella pensó que hacía demasiado calor para tanto abrazo, así que se deshizo de mí, dio media vuelta y, tan contenta, se fue por donde había venido para seguir jugando.
Ya puede hacernos travesuras y sacar genio, que después con tres palabras lo cura todo... y lo peor es que lo sabe.
E: Mama, ¡mi amor!
Solté lo que tenía en las manos y le di un abrazo fuerte ya con la lagrimilla asomando. Supongo que ella pensó que hacía demasiado calor para tanto abrazo, así que se deshizo de mí, dio media vuelta y, tan contenta, se fue por donde había venido para seguir jugando.
Ya puede hacernos travesuras y sacar genio, que después con tres palabras lo cura todo... y lo peor es que lo sabe.
lunes, 28 de junio de 2010
Spiderman
El otro día, mi hija y yo empezamos a ver en la tele unos dibujos de Spiderman. El protagonista, Peter Parker, a veces salía vestido "de calle" y otras, de Spiderman, y mi hija no tenía nada claro qué era lo que estaba pasando porque, por supuesto, ella quería ver al que se sube por las paredes, salta y da volteretas, no a un tipejo medio soso que se dedica a hacer fotos.
Le explico que el que hace las fotos y el que salta es el mismo, pero que es un secreto y por eso se disfraza. Y ella, que vale, que sí, pero lo que quiere es ver saltos y acrobacias, así que cuando ya llevaba demasiado tiempo el tipo de la cámara haciendo fotos, me pregunta:
E: Mama, ¿cuándo se deforma en Spiderman?
Yo iba a soltarle el rollo de lo políticamente correcto, y que no estaba bien hablar de "deformación" cuando era una mutación genética que al fin y al cabo le puede pasar a cualquiera... pero me pareció más fácil corregirle el lapsus sin darle más importancia:
Y: Ahora, cariño. Ahora se transformará en Spiderman.
Le explico que el que hace las fotos y el que salta es el mismo, pero que es un secreto y por eso se disfraza. Y ella, que vale, que sí, pero lo que quiere es ver saltos y acrobacias, así que cuando ya llevaba demasiado tiempo el tipo de la cámara haciendo fotos, me pregunta:
E: Mama, ¿cuándo se deforma en Spiderman?
Yo iba a soltarle el rollo de lo políticamente correcto, y que no estaba bien hablar de "deformación" cuando era una mutación genética que al fin y al cabo le puede pasar a cualquiera... pero me pareció más fácil corregirle el lapsus sin darle más importancia:
Y: Ahora, cariño. Ahora se transformará en Spiderman.
sábado, 26 de junio de 2010
¡Ha sido una tacita!
En la fiesta de final de curso de la guardería, y según nos ha contado ella misma, toda su clase cantó y bailó esta canción. ¡Hubiese pagado por verlos!
viernes, 25 de junio de 2010
Las obras
El otro día, mi hija y yo estábamos jugando en el comedor y de pronto empezaron a oírse golpes que venían del piso de algún vecino.
E: ¿Qué es eso, mama?
Y: Los vecinos, que estarán de obras.
Ella empieza a darle patadas al suelo.
E: ¡Mira, mama, estoy haciendo obras!
E: ¿Qué es eso, mama?
Y: Los vecinos, que estarán de obras.
Ella empieza a darle patadas al suelo.
E: ¡Mira, mama, estoy haciendo obras!
miércoles, 9 de junio de 2010
La negociación
Digamos que entre las muchas virtudes y habilidades de mi hija, no está la de comer bien, y no me refiero a cosas como no ensuciar, sino a la de sentarse a la mesa y comer con apetito. Así que cada cierto tiempo tenemos que ir ideando estrategias para conseguir que se acabe lo que le ponemos en el plato.
Ayer al mediodía le llené el plato con, aproximadamente, una ración de unas 20 cucharadas. Cuando se había comido no más de cinco me dice:
E: No quiero más. Quiero el chupe, que tengo sueño y me voy a dormir.
Y: No sé dónde está el chupe.
E: Búscamelo.
Y: Bien, yo te lo busco si te comes cinco cucharadas.
E: ...
Y: Pues vete a dormir sin chupe.
E: Vale, cinco cucharadas.
Cinco cucharadas después:
E: Ya estoy. Busca el chupe.
Y: ¿Quieres postre?
E: Sí.
Y: ¿Una natilla de vainilla?
E: Sí.
Y: Vale, cómete cinco cucharadas más y te doy la natilla.
Cinco cucharadas después:
E: Ya he terminado. Dame la natilla.
Y: ¿La quieres de chocolate?
E: Sí.
Y: Cinco cucharadas más.
E: ¡Me lo voy a comer todo!
Y: Entonces, además de la natilla tendrás un beso.
Al final, "sólo" se comió dos cucharadas de esas cinco, así que se ganó una natilla de vainilla que le supo a triunfo. Después, chupete mediante, durmió la merecida siesta.
Ayer al mediodía le llené el plato con, aproximadamente, una ración de unas 20 cucharadas. Cuando se había comido no más de cinco me dice:
E: No quiero más. Quiero el chupe, que tengo sueño y me voy a dormir.
Y: No sé dónde está el chupe.
E: Búscamelo.
Y: Bien, yo te lo busco si te comes cinco cucharadas.
E: ...
Y: Pues vete a dormir sin chupe.
E: Vale, cinco cucharadas.
Cinco cucharadas después:
E: Ya estoy. Busca el chupe.
Y: ¿Quieres postre?
E: Sí.
Y: ¿Una natilla de vainilla?
E: Sí.
Y: Vale, cómete cinco cucharadas más y te doy la natilla.
Cinco cucharadas después:
E: Ya he terminado. Dame la natilla.
Y: ¿La quieres de chocolate?
E: Sí.
Y: Cinco cucharadas más.
E: ¡Me lo voy a comer todo!
Y: Entonces, además de la natilla tendrás un beso.
Al final, "sólo" se comió dos cucharadas de esas cinco, así que se ganó una natilla de vainilla que le supo a triunfo. Después, chupete mediante, durmió la merecida siesta.
martes, 8 de junio de 2010
El cristal con que se mira
Ayer por la mañana, mientras la vestía:
Y: ¿Y qué hacías tú esta mañana en mi cama?
E: Dormir con la mama y con la mami.
Y: ¿Pero por qué te vienes todas las noches? Tienes que dormir en tu cama.
E: O en la cama de la mama y de la mami.
Y: ¿Pero verdad que yo no vengo por las noches y me meto en tu cama a molestarte?
E: Es que yo voy a abrazarte.
Creo que nunca más volveré a decirle que no venga a mi cama.
Y: ¿Y qué hacías tú esta mañana en mi cama?
E: Dormir con la mama y con la mami.
Y: ¿Pero por qué te vienes todas las noches? Tienes que dormir en tu cama.
E: O en la cama de la mama y de la mami.
Y: ¿Pero verdad que yo no vengo por las noches y me meto en tu cama a molestarte?
E: Es que yo voy a abrazarte.
Creo que nunca más volveré a decirle que no venga a mi cama.
lunes, 7 de junio de 2010
Practicando la -rr-
Ayer, en casa de mis suegros, mi hija decidió hacer una exhibición de su pericia lingüística pronunciando esas retorcidas palabras que tienen -rr- y volvimos a practicar con los nombres.
Ella: Me llamo RRRRRRita.
Yo: ¿Y tu primo? ¿Cómo se llamaba?
E: RRRRRRaúl.
Mi mujer: ¿Y la mama?
E: Pilarrrrrr.
Y: ¿Y la mami?
E: Montserrrrrrat.
Mi suegra: ¿Y el avi?
E: RRRRRRRRavi.
Ella: Me llamo RRRRRRita.
Yo: ¿Y tu primo? ¿Cómo se llamaba?
E: RRRRRRaúl.
Mi mujer: ¿Y la mama?
E: Pilarrrrrr.
Y: ¿Y la mami?
E: Montserrrrrrat.
Mi suegra: ¿Y el avi?
E: RRRRRRRRavi.
martes, 1 de junio de 2010
¿Bailamos?
Empezamos el mes con una de musiquita bailable.
Esta canción es la que llevamos cantando desde el sábado por la mañana, cuando la usamos de banda sonora de la sesión semanal de limpieza a fondo del piso.
Al grupo lo conocimos hace un par de semanas, cuando actuaron en una fiesta que se celebraba en la Ciudadela. Mi mujer estuvo bailando un rato con mi hija en el concierto y acabó comprando el CD, que no recuperamos hasta el sábado y cuando empezó a sonar esta canción, mi hija se acercó a mi mujer y le dijo: "Mami, esta canción la oímos en la calle" y se pusieron a saltar al ritmo de la música.
Hala, a bailar: Maria Marió, de Cayo Malayo.
Esta canción es la que llevamos cantando desde el sábado por la mañana, cuando la usamos de banda sonora de la sesión semanal de limpieza a fondo del piso.
Al grupo lo conocimos hace un par de semanas, cuando actuaron en una fiesta que se celebraba en la Ciudadela. Mi mujer estuvo bailando un rato con mi hija en el concierto y acabó comprando el CD, que no recuperamos hasta el sábado y cuando empezó a sonar esta canción, mi hija se acercó a mi mujer y le dijo: "Mami, esta canción la oímos en la calle" y se pusieron a saltar al ritmo de la música.
Hala, a bailar: Maria Marió, de Cayo Malayo.
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