martes, 6 de abril de 2010

¡Se nos ha enamorado!

Esta tarde en una cafetería a la que hemos entrado a merendar.

Y: Cariño, ¿qué te pasa?

Ella, medio encogida, intentando esconderse entre mi pierna y la mesa, mira de reojo al camarero.

Y: ¿El camarero?

Ella asiente, tímida.

Y: ¿Te da vergüencilla?

Ella, ruborizada, vuelve a asentir.

Y: Pero ¿por qué? ¿Es guapo?

Ella me mira, abriendo mucho los ojos y me dice a media voz:

E: Sí.

El camarero, cuando ha acabado de recoger las mesas, ha vuelto a la barra y desde ese momento mi hija ha estado pendiente de la puerta de la sala en la que estábamos para ver si volvía a aparecer.

1 comentario:

  1. Doy fe. Cuando llegué aún estaba inmersa en su momento vergüencilla. Por lo menos no tiene mal gusto: de los dos camareros, le gustó el más guapo, morenito y con ricillos. jeje

    Mum

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