Este mediodía, entro a la cocina y veo a mi hija al lado del fregadero con cara de haber hecho alguna travesura.
Yo: ¿Qué pasa? ¿Qué has hecho?
Ella: Je, je... Como tú no estabas, que estabas en el lavadero con la ropa, y yo no quería beberme todo el vaso de agua, he tirado en el fregadero el dedito que me quedaba ¡y tú no me has visto! Je, je.
Y: Eres un bichito, ¿eh?
E (con sonrisa pícara): Sí, soy un bichito.
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