viernes, 3 de septiembre de 2010

Es una niña grande

Mi hija ha crecido, ya no es un bebé sino una niña de casi casi tres años... y como tal, se merece una renovación de sus muebles, así que a principios de verano nos pusimos a ello. La primera y más vistosa de estas renovaciones es el cambio de la trona de bebé (a derecha, de colores cantones) por una silla de niña grande (más sobria y acorde con el resto de sillas), con la que ella está encantada y de la que es capaz de subir y bajar escalando con total facilidad.



El segundo cambio no es tan aparente pero es tan o más importante que el anterior: ¡ya no tiene cambiador! Porque no necesita una colchonetita para que la vistamos, ya casi lo hace ella solita y sólo necesitamos subirla en el mueble para peinarla.


1 comentario:

  1. Pues sí, es MUUUUUUY grande, como intenta demostrar a cada segundo que pasa, con su famoso "yo solita". Son pequeños cambios que nos hacen darnos cuenta de algo que a veces no queremos reconocer: que crece y ya no es nuestra bebé que nos necesita para todo. (Aunque por muchos años que tenga y por centímetros de altura que me pase ella siempre seguirá siendo "mi niña pequeñita")
    Aun así, me encanta que sea "tan grande"

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